sábado, 30 de enero de 2016

Historias del Caminante (I)

Cuenta la historia del policía que llegó a hacerse amigo de un reo (un encarcelado, preso, que cometió un crimen (¿o no?)). Tal vez por el comportamiento de aquel que le quitaron la libertad (¿o él se la quitó?) pudo congeniar con algunos guardias. En poco tiempo se construyó una relación amena, algo así como la de los amigos que se hacen en el barrio, como los amigos del propio pueblo de uno. Es que luego el preso se hizo de más amigos polis.

Llegó el día en el que se una persecución se produjo en la ciudad de donde era la cárcel. Muchos policías de la prisión tuvieron que salir para ayudar en aquella "cacería". [Me pregunto si es que esa cárcel tenía muchos policías en verdad ¿?]. En fin, el guardia que tenía que estar al tanto de la persecución en el puesto de control necesitaba ayuda, debía enviar mensajes para guiar a sus amigos de labor. En aquella preocupación, el guardia desesperado llamó al reo para que lo ayudara. Y así, fue un día en el que un reo dio las indicaciones a unos policías para que puedan llegar al camino adecuado para emprender una persecución de unos malhechores, que el que oyó esta historia [yo] no sabe si fue tan emocionante y de película, porque al oír persecución, mi mente asocia ideas de autos a grandes velocidades, balas, y uno que otro muerto. Sea como sea, lo de película, lo asombroso, o más bien, el protagonista de este relato sin duda fue el malhechor colega que ayudó a sus nuevos "compas" de la cárcel. Tal vez lo haría por sentir que ayudaba de alguna manera a la sociedad, o más bien (y tal vez más probable) porque los amigos que hizo eran muy amigos, grandes compañeros; y a un gran amigo siempre se le debe brindar ayuda.

jueves, 28 de enero de 2016

Un día junto a vos

Entonces te he visto de nuevo por segunda vez
Hoy te he visto, me has mirado.
Hoy cruzamos algunas palabras por una ocasión más otra vez.
Hoy te aseguro que la Rima XVII de Bécquer se ha convertido en un himno cuando te veo a vos. 
Un himno de los martes y jueves por la mañana o por la tarde.
Sos el preludio y el renacer de una sonrisa diaria.